Luego de más de
cincuenta años de conflicto político armado en Colombia, que ha dejado por lo
menos más de 6 millones de víctimas; se abre una nueva esperanza en la
posibilidad de la salida política negociada que hoy se viene discutiendo en la
Habana entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la insurgencia de las FARC –
EP para la finalización del conflicto, y con el ELN se abre la fase pública de
los diálogos.
El conflicto
político armado en Colombia ha dejado inmensas heridas en la sociedad
colombiana fruto de la confrontación armada y de las lógicas de exclusión
política: Millones de víctimas con alrededor de 220.000 desaparecidos, 5.5
millones de desplazados (uno de los mayores del planeta), aproximadamente 8
millones de hectáreas despojadas y abandonadas por campesinos, migrantes en el
resto del mundo, el genocidio de la Unión Patriótica con más de 5.000
asesinatos de sus líderes, la violación a los derechos humanos e integridad
cultural y territorial de comunidades étnicas y el constreñimiento a las
agendas de transformación que reivindican los movimientos sociales bajo la
estigmatización, el señalamiento y la persecución.
Los diálogos entre
insurgencia y gobierno que hoy se desarrollan, contribuyen en gran medida a
superar la tragedia vivida y abren una puerta de esperanza para crear las
condiciones sociales, políticas,
culturales y económicas que requiere la sociedad colombiana para superar la
exclusión, la desigualdad y la impunidad en un marco de apertura democrática
que transforme la realidad vivida hasta el momento. Así mismo, los acuerdos que
se logren tendrán un gran impacto, no solo en la vida social y política de
Colombia, sino también en la región latinoamericana y caribeña, por ser uno de
los conflictos de más larga duración en la región de esta naturaleza, lo que a
su vez interpela a los distintos procesos de Educación popular, a las distintas
comunidades, a los movimientos sociales y las organizaciones populares en sus
objetivos de transformación, muchas de ellas hacen parte del Consejo de
Educación Popular de América Latina y el Caribe. Por estos motivos, como
centros afiliados a la orgánica del CEAAL declaramos:
1. El respaldo al avance de los diálogos del gobierno de Colombia con la
insurgencia de las FARC – EP y los puntos acordados hasta el momento en la
Habana (reforma rural integral, participación política, cultivos ilícitos,
víctimas y cese bilateral y definitivo del fuego), e instarlos a que lleguen al
acuerdo final.
2. El respaldo al inicio de la fase pública de los diálogos acordados
entre el gobierno de Colombia con la insurgencia del ELN y el posterior
desarrollo de la agenda.
3. El respaldo a los esfuerzos de centros académicos, comunidad
internacional, movimientos y organizaciones sociales que apoyan el proceso de
negociación política en Colombia.
4. El apoyo para la promoción desde CEAAL de la reflexión y la práctica
desde la Educación Popular para contribuir a los retos y desafíos que implica
el postacuerdo y la construcción de un horizonte de paz en Colombia y la
región.
5. El apoyo a la inclusión de las agendas de transformación de los
distintos movimientos sociales en la implementación de los acuerdos fruto de la
negociación política del conflicto.
6. Extendemos nuestros deseos de un contexto de paz para el desarrollo de
procesos organizativos que sirvan como soporte para la reconstrucción de las
comunidades, en lo económico, político, social y cultural.
7. Saludar el acuerdo logrado de Cese al Fuego y Hostilidades bilateral y
definitivo que coincide su anuncio con el desarrollo de nuestra IX Asamblea
General.
Guadalajara,
México, Jueves 23 de Junio de 2016
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